Platicándolo con Fa me di cuenta de que en mi intento por reducir las esperanzas a nulas, por no esperar nada de la situación, terminaba esperando algo. Claro, si estoy aquí es porque espero que algún día haya algo más. Pensar estas cosas sólo me hace llegar al punto de partida porque me convenzo luego de que no hay por qué esperar algo. Pero una sonrisa, o escuchar su voz, o amarla en tanto que me cambie la vida…
Ahora que está tan cerca, vamos, ojalá me cambie la vida, que apriete más fuerte, que ya dos veces se clavó la espina de la rosa en el corazón y en la tercera se verá qué sucede.
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