7 de junio de 2012

Qué más iba a escribir aquí que no fuera tu nombre, con mis dedos que no fuera tu nombre, con la misma lengua que saborea un mango tu nombre, los ojos cerrados tu nombre, los espacios vacíos tu nombre. Todo lo que es tu voz pronunciándolo, perdonando la vida como dice la canción, contando un paso como si de roca sobre marmol se tratara. Somos un caracol, pienso, enroscándome en la silla. Y ya voy a viajar y las ansias y las ganas y las múltiples cosas que cómo podría describir se me hacen nudos de la garganta a abajo. Me has sobredimensionado.
A veces llegas en imágenes de sombreros, serpientes, iguanas, cenizas. Soy una sombra, decías, o un fantasma y yo no puedo hacerte ver que no, que esos son contenedores y en la realidad estás tú, pasto creciendo, como agua. Como agua tu nombre.
Empiezo a entender que esa es mi manera de querer y así la llenas.

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